EN EL CORAZÓN DE ANTÍDOTO

Los viñedos

RIBERA DEL DUERO

Soria, tierra de viñas centenarias

En un frío valle, al norte de San Esteban de Gormaz, se alzan las viñas viejas que dan vida a nuestros vinos. Sus raíces se hunden en terrenos calcáreos salpicados de arcilla, piedra y arena. La Soria más ancestral cuenta su historia en cada copa.

Soria, paisaje de clima único

Abrazados por las montañas del Sistema Ibérico y la Sierra de Somontana, nuestros viñedos quedan arropados frente a las tormentas que acuden a  zonas más altas. Aún así, las heladas amenazan las viñas hasta bien entrado mayo. 

Tras superar las condiciones climatológicas más adversas, nacen unas uvas de carácter extraordinario: Su sabor es intenso y sus aromas, de lo más singular. 

¿Nuestra misión? 

Acompañarlas en su camino hasta transformarse en vinos profundos y expresivos.

 

El excepcional clima soriano, junto al cuidado ecológico y biodinámico de cada pequeña parcela, despierta en nuestros vinos sus característicos aromas ancestrales.

Soria, reducto de viñedos prefiloxéricos

El mapa vitivinícola cambió por completo. Pocos viñedos quedaron a salvo, cuando a finales del siglo XIX, la plaga de la filoxera se expande por Europa.
Para sortear la plaga, se importan raíces americanas en las que se injertará la vid europea. Nacen así las vides que conquistarán el viñedo español: las de pie americano.

Pero a pesar de todo, algunas viñas autóctonas logran resistir, dando lugar a lo que se conoce como «pie franco»: viñas 100% europeas, desde la raíz hasta la uva, que contienen el ADN de la vid europea original.

En la actualidad, nosotros somos los herederos de este patrimonio genético único en el mundo. Como ya hicieron nuestros antepasados, lo acompañamos y ayudamos a expresar los ecos de sabores antiguos. Ahora somos sus custodios.